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Le corresponde su lugar. Es buena para curar huesos rotos y remediar accidentes y para estados
que ya no se pueden solucionar de otro modo.
En estas condiciones, puede ser más fácil operarse
y concentrar todo el trabajo curativo en conseguir que la afección no vuelva a repetirse.
Abundan cada día más los profesionales médicos que están verdaderamente consagrados a ayudar
a la humanidad.
Cada vez más médicos se vuelven hacia las orientaciones holísticas, que buscan
curar a la persona como totalidad. Y sin embargo, la mayoría de ellos no trabajan con la causa de
ninguna enfermedad; se limitan a tratar los síntomas, los efectos.
Y esto lo hacen de dos maneras: envenenando o mutilando. Si acude usted a un cirujano,
generalmente le recomendará que se opere. Sin embargo, si la decisión quirúrgica ya está tomada,
prepárese para la experiencia de tal manera que transcurra con las menores complicaciones
posibles, y que usted se cure tan rápidamente como sea posible.
Pídales al cirujano y a su equipo que colaboren con usted en este aspecto.
Con frecuencia, en el
quirófano, los cirujanos y sus ayudantes no se dan cuenta de que, aunque el paciente esté
inconsciente, en un nivel subconsciente sigue oyendo y entendiendo todo lo que se dice.
Se de una mujer, miembro del movimiento de la Nueva Era, que necesitó una operación de
emergencia y antes de someterse a ella habló con el cirujano y el anestesista para pedirles que por
favor pusieran música suave durante la operación y que continuamente le hablaran y se
expresaran entre ellos con afirmaciones positivas. Lo mismo le pidió a la enfermera en la sala de
recuperación. La operación transcurrió sin dificultades, y la recuperación fue rápida y agradable.
A mis clientes siempre les sugiero que se formulen afirmaciones como: «Cada mano que me toca
en el hospital es una mano dotada del poder de curar y que no expresa otra cosa que amor» y «La
operación se realiza fácil y rápidamente, con un resultado perfecto». También se puede decir: «Me
siento perfectamente cómodo durante todo el tiempo».
Después de la operación, procure escuchar a menudo música suave y agradable, y dígase para sí:
«Estoy curándome rápida, fácil y perfectamente, y cada día me siento mejor».
Si puede, grábese un cassette con una serie de afirmaciones positivas, llévese un grabador o un
walkman al hospital y escuche una y otra vez la grabación mientras descansa y se recupera.
Atienda a las sensaciones, no al dolor. Imagínese que el amor fluye de su corazón, desciende por
los brazos y llega a las manos. Póngase las manos en la parte que está curándose, y dígale que la
ama y que está ayudándole a que se ponga bien.
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