Un antibiótico es una sustancia química que mata o impide el crecimiento de microorganismos que enferman el cuerpo. Tiene muchas bondades y no sólo han salvado muchísimas vidas sino que han prolongado la expectativa de vida humana unos cuantos años. El problema es que su uso y abuso está provocando que nos volvamos resistentes a sus efectos, obligándonos a usar antibióticos cada vez más fuertes, con los efectos adversos en nuestro cuerpo que eso genera.
Por todo esto, incorporar a la dieta antibióticos naturales, que no producen alergias y cuya acción en el cuerpo no es agresiva ni produce malestar, es una gran opción a tener en cuenta para mejorar la salud y prevenir enfermedades.
Hay muchos alimentos que, por la combinación de compuestos que los forman y/o por sus propiedades naturales, refuerzan el sistema inmune e incluso atacan enfermedades específicas. Te presentamos algunos:
Ajo
Es uno de los mejores y más potentes antibióticos naturales. Tiene más de 60 componentes antivirales y antibacteriados, que no sólo curan sino que previenen todo tipo de infecciones. Además, tiene otra ventaja: se puede usar de manera externa. Aplicado directamente sobre heridas, olvidate de la posibilidad de una infección)no tendrás que preocuparte por ninguna infección.
Jengibre
El jengibre tiene un poder antibiótico selectivo: es ideal porque es implacable con los microorganismos malignos pero, a la vez, fomenta el crecimiento de microorganismos benignos como los de la flora intestinal, que permiten combatir mucho mejor enfermedades y mantener la buena salud general. Es particularmente bueno con infecciones intestinales y de garganta.
Cebolla
Es después del ajo uno de los más importantes antibióticos naturales. Su combinación de sustancias es excelente para cualquier infección de las vías respiratorias y para combatir todo tipo de parásitos intestinales.
Miel
No sólo aporta sabor dulce a las infusiones amargas sino que tiene propiedades antisépticas, expectorantes, vigorizantes y cicatrizantes. Hay muchos tipos de miel, según las flores que hayan utilizado las abejas para elaborar la miel: las más eficaces para las infecciones de bronquios y la tos son la miel de eucalipto, tomillo y espliego. La miel también es una buena pomada antibiótica para las heridas, llagas e infecciones de la piel. Además, tiene un gran valor energizante y reconstituyente para las personas deportistas.
Fresa
La fresa tiene una función antiviral muy importante, ya que fortalece al sistema inmunológico naturalmente, haciéndolo más efectivo para combatir infecciones. Es un muy buen complemento para tratamientos de enfermedades reumáticas.
Romero
Tiene más de 20 propiedades antivirales. Un té de romero es excelente para evitar que gérmenes capaces de dañar tu salud se expandan en el cuerpo causando más problemas. Una infusión 3 veces por semana te ayudará a prevenir muchas infecciones y enfermedades.
Tilo Además de ser un relajante natural, el tilo tiene importante propiedades antivirales. Tenelo en cuenta: cuando tus defensas estén en baja, un té de tilo no sólo te relajará y ayudará a dormir sino que será un elemento activo para combatir cualquier infección.
Piña
Es muy buena para la sinusitis. La piña es una fruta rica en una enzima proteolítica conocida como bromelina, una enzima que ayuda a disolver la mucosidad y descongestiona los senos nasales si se toma en sinusitis leves. Se puede tomar piña natural cada día, pero para la sinusitis es más eficaz realizar lavados nasales con licuado de ananá natural.
Bondades para sumar a tu mesa
Hay algo más que se puede hacer para reforzar tu sistema inmunológico, y es incorporar a la dieta alimentos ricos en proteínas vegetales, procedentes de leguminosas (lentejas, garbanzos, habas, alubias), granos integrales (arroz, avena, maíz, cebada, amaranto y quinoa) y frutas y verduras. Su alto contenido de vitaminas, minerales y fitoquímicos serán de gran valor para el cuidado de tu salud por sus efectos antibióticos y antivirales.
Entre las mejores frutas para consumo frecuente podríamos destacar las ciruelas, ya que contienen casi todas las vitaminas del complejo B, lo que las convierte en excelentes antibióticos naturales. Los ácidos grasos poliinsaturados de su piel refuerzan la protección de la membrana de todas las células del cuerpo, impidiendo así la entrada de bacterias causantes de infecciones y enfermedades.
A su vez, para prevenir infecciones conviene asimismo reducir el consumo de harinas, azúcares refinados, lácteos y carnes. Su alto contenido en grasas saturadas y sus deficiencias de ácidos grasos omega 6 y omega 3 ejercen un efecto negativo sobre las defensas y favorecen las infecciones recurrentes.
Fuente: www.entremujeres.com
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